Aún puedo sentir
los rayos de sol despertando el deseo
una hilera de historias
clavadas en el alma
me acarician
todavía puedo andar
mientras escucho
los jadeos del agua.
Que no nos roben las palabras ni nos enturbien la memoria
Aún puedo sentir
los rayos de sol despertando el deseo
una hilera de historias
clavadas en el alma
me acarician
todavía puedo andar
mientras escucho
los jadeos del agua.
Buena música siempre y los mejores libros
escribir, escribir
moverme mientras fluyen
las palabras
caminatas descalzas
y danzas espontáneas
Quiero sexo, risas
y más sexo
y compartir con
alguien algunos de estos puntos
alguien sin demasiadas
obsesiones
que me espere
despierto
en cualquier rincón
del mundo
sin mascotas ni
muletas
que son la misma
cosa
Quiero
cada vez menos
gente
en los alrededores
de la vida
y más libros de los
buenos
más música, más
playa
Que los sio nazis asesinos de niños
sean eliminados para siempre
Que me dejen en paz,
que nadie me moleste
ni pida, ni reclame.
Bajar la mirada para ver resplandores
dar vueltas alrededor de todo
mirar las almas rotas por exceso de nada
añorar el brillo de una brasa en la oscuridad
sentir el momento preciso en que muere la inocencia
adorar el día en que se deja de ser joven
La existencia es una peli aburrida
Hace casi una semana que se ha caído Internet en esta aldea. Mi rutina no ha cambiado mucho. Cada amanecer espero que baje la marea para cruzar el río y llegar a mi rincón favorito, una playa pequeña y con un misterio que me tiene atrapada. Sólo que ahora debo hacerlo aún cuando la marea está alta. Porque curiosamente en ese rincón encantado, hay un perímetro donde el móvil coge señal. Entonces allá voy, aprovechando lo que me ofrece la vida. Mientras cruzo con los brazos y la bolsa en alto, con el agua llegando a mis rodillas en algunos tramos y a la cadera en otros, pienso que el mundo es, sin duda, más conciencia que materia. No sé si habrá mensajes por leer o escuchar, ni si esos supuestos mensajes tendrán la virtud de alegrar o acidificar mi día. No sé si a la vuelta podré cruzar a la primera o tendré que esperar el tiempo que decrete la marea. La incertidumbre es lo único que nos conecta con la existencia.
Un sitio abandonado, perdido en un mundo que se ha perdido hace tiempo, donde hago malabares con lo sueños y descubro los secretos de la mutabilidad.
Ciertas tendencias afirman que una molécula de nuestro ser quedará viva después de que nos hayamos extinguido y tal vez existirá hasta el fin del universo. Una gota de lo que hemos sido seguirá fluyendo con la vida, de galaxia en galaxia, de batalla en batalla, de bosque en bosque. Poseemos una gota de eternidad.
El entusiasmo de los comienzos
la ilusión del día de playa
las escapadas a la hora de la siesta
los sueños tejidos detrás de un ventanuco
el amor por la vida.
Aún puedo sentir los rayos de sol despertando el deseo una hilera de historias clavadas en el alma me acarician todavía puedo anda...