Ya van once días de noviembre y las horas de luz son cada vez más escasas. La calidad de los atardeceres compensa lo breve.
Una barquita regresa con la pesca y una nube de gaviotas anexadas a la popa. Los rojos se vuelven lilas al incrustarse en la piedra.
El mar es mío.
Y el capitán en tierra.
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10 nov 2011
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¡Me ha encantado! Hermosa descripción; es una pintura con palabras y agradezco la brevedad con calidad de tus posteos. En este efímero medio de comunicación se agradece hacerlo como lo haces. Me anoto como tu seguidora. Como vez, he recorrido un poco lo que escribes y hasta acá, me ha gustado.
ResponderEliminarSaludos