Si alguna vez has
temblado de frío
de miedo, de amor
de vergüenza o de
alegría
de furia
Recuerda
el primer beso
perfecto
aquella persona que
iluminó tu vida
todo lo que no has
reclamado
lo que no has agradecido
los días dorados
aquella tormenta esperada
el abrazo que pudo
ser eterno
cómo veías la casa
de tu niñez
la vez que las estrellas
se alinearon
para que fueras
feliz
la primera traición
la sorpresa nefasta
Piensa
en eso que sigues
negando
en los secretos que
te acompañan siempre
en lo que debiste
haber dicho
en lo que te apasionaba
y hoy no existe para
ti
Ahora piensa
en la ínfima
porción de nada
que ocupas en el
mundo.
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