Dani y Andrea eran amantes, ella estaba loca por él y él iba y venía, dándole a esa relación la categoría de deporte. Un día Dani fue a ver a una pitonisa, que entre otras cosas, le vaticinó que en un viaje conocería a una extranjera rubia y se casaría con ella. Se lo contó a Andrea entre risas y tiempo después en un viaje a Brasil conoció a una rubia de la que se enamoró de forma inmediata y en un par de meses, se casaron. Andrea no fue invitada a la boda, pero unos días antes de la ceremonia, le llevó a Dani un regalo, con una hermosa tarjeta donde ponía:
Si este es el gran amor
Que predijo tu vidente
Puedo dejar que mi culo
Se caiga tranquilamente.
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26 jul 2010
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