La noche huele a pinos y a jazmines
la expectación asciende
como un suave cosquilleo
entre las piernas
y en un instante
la eternidad que estalla
en húmedas esencias
pieles ungidas
con la avidez que segregan
otras pieles
lenguas urgentes
frenéticos reflejos de
órganos misteriosos
que destellan eléctricos
entre jadeos discretos
y palabras que suenan como insectos.
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