Las luces que irradian los que llegan al planeta
las nubes que cubren el sol
salvando al día de la insolación
los colores de las mañanas lúcidas
el libro sobre el sofá
la taza de té humeante
en una tarde helada
el zumo de las manzanas
las charlas con los amigos
el misterio de las noches claras
la luna siempre
derramándose sobre nuestras cabezas
la oscuridad que ruge en la poesía.
Y somos sus esclavos, de los versos. Un abrazo, gracias por compartir.
ResponderEliminarGracias a ti, Francisco, por estar y por tu poesía...
ResponderEliminarUn abrazo
Vuelvo, sigo amando tus "amos"
ResponderEliminarQUÉ ALEGRÍA, FRANCISCO!!
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