Tengo cierto talento para entablar relaciones importantes en los aviones, teleféricos y todo lo que implique altura. Los aeropuertos son el portal hacia lo desconocido y mágico, hacia lo inesperado, todo aquello que promete ser maravilloso. Alguna vez también me ha pasado en un ascensor. En el aire, me he encontrado contando la historia de mi vida con una naturalidad y soltura que nunca he manifestado en tierra firme, es probable que esto le ocurra a la gente cuando toma distancia de su mundo cotidiano. Tal vez eso incita a dejar el personaje oficial y adoptar otro. Otro, que algunas veces se parece más nuestra esencia y otras se aleja tanto de ella, que una se escucha sin atreverse a interrumpir, aunque no reconozca la propia voz.
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