Lo que vi y no debí haber visto. Lo que viví y no debí
haber vivido. Lo que hice y no debí haber hecho. Las reacciones que tuve y no
fueron las que tendría que haber tenido. Lo que dije y podría haber omitido.
Mi mente va segregando cuentos, algunos permanecerán inacabados, mi boca expulsa una historia que se repite hasta el infinito en todas las versiones posibles. Me inclino ante toda manifestación de sabiduría. La juventud ha empezado a parecerme una prepotencia
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