Quizás es una suerte
que nunca atravesemos la
dimensión del ahora
siempre es hoy lo que gotea
en la cabeza
la mente, dondequiera que
esté
es permeable como el
espacio
Hay que entregarlo todo
a la aguda inteligencia del
instinto.
Amo la poesía de tu cuerpo las gotas de sudor en tu garganta el vientre que se eriza la majestuosa serpiente que renace ante el menor ...
siempre, el instinto y tú.
ResponderEliminarPues sí, David querido. Gracias por venir. Abrazo!
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