final

El año acaba. Han metido a niños palestinos vivos en congeladores, sólo por torturarlos, los muertos van a fosas comunes, son muchos, algunos caen vivos, los aullidos de un padre me quiebran los oídos. A los que se manifiestan para que dejen de matar, les llaman terroristas.

Un grupo de piadosos creyentes se juntan a rezar para que tres o cuatro políticos no sean perdonados. Por la masacre de niños nadie reza. Ni los piadosos católicos, ni los animalistas, ni los del lenguaje inclusivo.

En Irlanda un temporal de xenofobia ha hecho estragos.  

Un psicópata con motosierra arrasa con la vida de los sureños que le han elegido. Ahora pasan hambre porque no cumple lo prometido, compraron a un desquiciado y semanas más tarde se desgarran.

Tengo unos pies pequeños, unos brazos fuertes, una mente lúcida, creo. Me siento inútil ante tanta demencia. Si usáramos la creatividad para revertir las cosas, seguramente podríamos hacer algo. No queremos enterarnos del poder que aún tenemos, por lo tanto, no lo tenemos.

La gente se prepara para Navidad. 

La desidia, la ignorancia y la hipocresía son los enemigos más poderosos.

Estamos viviendo la maldición de la Tierra, la maldición de los señores del Tiempo y tendremos que mudarnos a las estrellas. Hasta ahora los dogmas primaron sobre esta humanidad hasta hacerla desalmada. Por donde pasa Plutón devasta, lo que tenga que destruirse se destruirá sin miramientos, sin emoción. 

A veces, algo parece conmover a las masas, hasta que esas emociones van diluyéndose y todo vuelve a ser, mirar hacia otro sitio y encerrarse en la neurosis íntima.

el reino

Cada noche vivimos una realidad saturada de efectos especiales. Volamos, levitamos, mantenemos batallas, participamos en maratones. Hablamos con los muertos, tenemos sexo con quien jamás hubiéramos pensado, nos aterramos, herimos y nos hieren sin que eso altere nuestra integridad. Nos desplazamos repentinamente de una selva a una nave espacial. Lloramos como jamás nos permitiríamos hacerlo. Me apena la gente que no recuerda sus sueños.

  

tiempo de eclipses

Me acostumbré a vivir con el sonido de los grillos en la cabeza. La luna siempre me ha hecho saber que está. A veces me despierta cuando llevo durmiendo horas, otras veces hace que salga a la calle repentinamente, en un momento en que jamás se me ocurriría salir. Cuando por fin la veo, entiendo que me ha llamado. Es como aquel ex amante que a veces te llama para nada concreto, sólo para que recuerdes que aún existe. La palabra luna, como ha dicho Borges, fue creada para la escritura de esa rara cosa que somos.

Hay eclipse lunar y todo está enrarecido, además a la noche le han robado una hora, los días serán más cortos. Lo raro es el planeta y su gente, que sigue encendiendo la tele o leyendo prensa y se traga los engaños, la incoherencia es cada vez mayor, quieren vendernos el cambio climático y la contaminación, los mismos que fabrican guerras. La gente traga, o está ocupada con sus miedos o entretenida con las pantallas. Son pocos los que piensan en la perversidad de tanta farsa. Han alargado las noches para que duerman aún más.

 

trampa

Las palabras que guardo

sílaba a sílaba golpetean mi cabeza

susurran que cualquiera está al mando

que todo y todos me avergüenzan

que nada existe más allá

de la jaula del inmortal ahora     

del incesante cacareo de los móviles

de millones de ojos catatónicos

atrofiados por la vacuidad.

 

escúrrete

Envejece

métete en las redes

llénalas con imágenes

de perritos perdidos

de comidas felices

pon fotos de tus estudios médicos

índices de colesterol y de glucosa

algunas imágenes de vírgenes milagrosas

reenvía tonterías por Whatsapp

Cuando te aburras

enciende la tele.

Si supiéramos lo que iba a suceder...Hubiéramos dado algún paso? 

infancia

Algo incierto va quitándote del sueño

te debates entre las ganas de dormir

y la punzante necesidad de hacer pis

sabes que en la sala está la cosa maligna

sentada en el sofá, al acecho

aprietas los párpados y aguantas

sin respirar ni pensar

te lanzas al abismo

Otra vez el día.

instantes

Un plato de tapioca

un abrazo en medio de la nada

lo que no puede decirse, pero se dice.

La poderosa marca que deja la ligereza.

será

Un electrón perdido en la negrura

regocijándose de infinito

me cuenta que

la eternidad del espíritu no existe

Eso no es poca cosa.

 

 

Más allá del ataque de risa, ocurren los milagos.

programas

Enjaulados en un presente eterno donde transcurre la existencia. Nos han insertado el chip de esperar que suceda lo mejor, en un futuro que no llegará nunca, nos dieron, además, la precaria herramienta de la búsqueda de. De la grandeza, de la certeza de algo, del placer infinito, de lo sagrado. Buscamos sin parar una extensa lista de palabras ruidosas. Desde la narrativa político publicitaria, todo apunta a hacernos creer que la vida debe ser un orgasmo constante, sólo que, en el camino hacia la vida orgásmica, la gran mayoría no iremos más allá de la categoría de eyaculadores precoces.

 

Nos habremos preguntado muchas veces qué sentido tienen los sueños.
Es obvio que desnudan la neurosis de la que se alimentan nuestras almas.
Para qué van a estar, sino para salir por un rato de este extraño útero donde
flotamos,  esta  irrealidad donde sólo hemos aprendido a imitar y hemos crecido imitando, la
postura, el movimiento, la violencia. 

Vivimos imitando, como nuestros primos

los mudos, pero aún más pretensiosos que ellos, más torpes, aunque dueños

de la palabra.
Sólo imitadores de un icono en desuso, que habla, se mueve y decide mientras
no lo ve nadie.

absurdo

Alguien dijo que somos hijos no deseados de dios, estoy de acuerdo. La gente muere a causa de la desnutrición en ciertos puntos y en otros a consecuencia de sobrealimentarse. Hay quien aún encuentra que este mundo es normal y respeta eso que llaman la sociedad. Toda esta peste me cansa. El sadismo del famoso creador es repulsivo. El mundo es una gilipollez ficticia. Dicen que el mayor engaño del diablo es hacernos creer que no existe y el mayor engaño de dios es hacernos creer que existe. 

Aún así, creo en los poetas. Y espero un encuentro con fondo musical.

sin

 A qué velocidad vibra el dolor?

nuevo

Nuevos días de un año que apenas estrenado, comienza a deteriorarse. El inconsciente colectivo se aferra a la ilusión de lo reciente, aunque nada haya cambiado.

Algunos caminan, como siempre, detrás de sus culpas.

Otros pasan de todo y disfrutan.  

Nuestras vidas, las de todos, continúan al filo de ser arrasadas por lo inesperado.