Un electrón perdido en la negrura
regocijándose de infinito
me cuenta que
la eternidad del espíritu no existe
Eso no es poca cosa.
Un electrón perdido en la negrura
regocijándose de infinito
me cuenta que
la eternidad del espíritu no existe
Eso no es poca cosa.
Enjaulados en un presente eterno donde transcurre la existencia. Nos han insertado el chip de esperar que suceda lo mejor, en un futuro que no llegará nunca, nos dieron, además, la precaria herramienta de la búsqueda de. De la grandeza, de la certeza de algo, del placer infinito, de lo sagrado. Buscamos sin parar una extensa lista de palabras ruidosas. Desde la narrativa político publicitaria, todo apunta a hacernos creer que la vida debe ser un orgasmo constante, sólo que, en el camino hacia la vida orgásmica, la gran mayoría no iremos más allá de la categoría de eyaculadores precoces.
Alguien dijo que somos hijos no deseados de dios, estoy de acuerdo. La gente muere a causa de la desnutrición en ciertos puntos y en otros a consecuencia de sobrealimentarse. Hay quien aún encuentra que este mundo es normal y respeta eso que llaman la sociedad. Toda esta peste me cansa. El sadismo del famoso creador es repulsivo. El mundo es una gilipollez ficticia. Dicen que el mayor engaño del diablo es hacernos creer que no existe y el mayor engaño de dios es hacernos creer que existe.
Aún así, creo en los poetas. Y espero un encuentro con fondo musical.
Quizás es una suerte que nunca atravesemos la dimensión del ahora siempre es hoy lo que gotea en la cabeza la mente, dondequiera que e...