Ruedas que rechinan
en el entorno de la paranoia
maletas llenas
almas vaciadas
presencias
que no encuentran espacio
el deseo que
camina siempre
del lado de
lo absurdo.
un verdugo
que nos salva la vida
porque es
invierno
y el vino lo
sosiega.
Ruedas que rechinan
en el entorno de la paranoia
maletas llenas
almas vaciadas
presencias
que no encuentran espacio
el deseo que
camina siempre
del lado de
lo absurdo.
un verdugo
que nos salva la vida
porque es
invierno
y el vino lo
sosiega.
Se habían ido acumulando algunas
cajas en el pasillo que no me decidía a colocar en ningún sitio. Flechas envenenadas
en la casa, según el feng shui. Hace algunos días, me ha golpeado un
murciélago, mientras iba en moto se estrelló en mi pecho, esto fue después de
que una abeja se metiera en mi ojo, no veía casi, pero sentía la chaqueta
impregnada de los restos pringosos del vampiro. Al llegar a destino, me puse a bailar para olvidarme del roedor y de una emoción anudada que
por momentos me provoca un malestar intenso, sacudir un poco la melancolía que
me ha ido tomando sin prisa ni pausa, me apunté a clases de hip hop y de
flamenco todo para comenzar lo antes posible. Ayer, una niña
histérica montó un follón a su madre en la consulta del dentista y para que su
violencia no salpicara todo, la toqué con intención de calmarla. Parece que
algún daemon se me ha pegado también en ese momento, porque un rato después,
me doblé el pie mientras hacía la rutina de ejercicios, un dedo quedó
enganchado en la esterilla e hizo un ruido seco, un latigazo de dolor confirmó
que se ha roto. Roto y morado, canceladas las clases de hip hop y demás.
Tumbada boca abajo en el suelo, lloré. Al ponerme de pie, me sentí más alta, por
lo menos cinco centímetros, como si las lágrimas me hubieran expandido. Pasó el
mediodía y luego la tarde, me fui a dormir temprano.
Hoy por la mañana, vendé bien el dedo, me puse calcetines impermeables y fui cojeando al mar. Nadé un poco para descargar y estirar, al volver a la orilla me abrí la mano con el filo de una roca. Otra vez en casa, me curé y me puse guantes para fregar los platos, un vaso se rompió y con él, el guante, total que me clavé un cristal en la mano sana.
Abro la puerta y le ordeno a los espíritus que se vayan. Cojo un palo y deslizo las cajas hasta la salida. Voy a dejar el pan porque me inflama las células. Y al nudo, que me inflama el alma.
Soy la abeja y el murciélago,
la esterilla, la piedra y el cristal.
Aún puedo sentir
los rayos de sol
despertando el deseo
una hilera de historias
clavadas en el alma
me acarician
todavía puedo andar
mientras escucho
los jadeos del agua.
Buena música siempre y los mejores libros
escribir, escribir
moverme mientras fluyen
las palabras
caminatas descalzas
y danzas espontáneas
Quiero sexo, risas
y más sexo
y compartir con
alguien algunos de estos puntos
alguien sin demasiadas
obsesiones
que me espere
despierto
en cualquier rincón
del mundo
sin mascotas ni
muletas
que son la misma
cosa
Quiero
cada vez menos
gente
en los alrededores
de la vida
y más libros de los
buenos
más música, más
playa
Que los sio nazis asesinos de niños
sean eliminados para siempre
Que me dejen en paz,
que nadie me moleste
ni pida, ni reclame.
Bajar la mirada para ver resplandores
dar vueltas alrededor de todo
mirar las almas rotas por exceso de nada
añorar el brillo de una brasa en la oscuridad
sentir el momento preciso en que muere la inocencia
adorar el día en que se deja de ser joven
La existencia es una peli aburrida
Hace casi una semana que se ha caído Internet en esta aldea. Mi rutina no ha cambiado mucho. Cada amanecer espero que baje la marea para cruzar el río y llegar a mi rincón favorito, una playa pequeña y con un misterio que me tiene atrapada. Sólo que ahora debo hacerlo aún cuando la marea está alta. Porque curiosamente en ese rincón encantado, hay un perímetro donde el móvil coge señal. Entonces allá voy, aprovechando lo que me ofrece la vida. Mientras cruzo con los brazos y la bolsa en alto, con el agua llegando a mis rodillas en algunos tramos y a la cadera en otros, pienso que el mundo es, sin duda, más conciencia que materia. No sé si habrá mensajes por leer o escuchar, ni si esos supuestos mensajes tendrán la virtud de alegrar o acidificar mi día. No sé si a la vuelta podré cruzar a la primera o tendré que esperar el tiempo que decrete la marea. La incertidumbre es lo único que nos conecta con la existencia.
Un sitio abandonado, perdido en un mundo que se ha perdido hace tiempo, donde hago malabares con lo sueños y descubro los secretos de la mutabilidad.
Ciertas tendencias afirman que una molécula de nuestro ser quedará viva después de que nos hayamos extinguido y tal vez existirá hasta el fin del universo. Una gota de lo que hemos sido seguirá fluyendo con la vida, de galaxia en galaxia, de batalla en batalla, de bosque en bosque. Poseemos una gota de eternidad.
El entusiasmo de los comienzos
la ilusión del día de playa
las escapadas a la hora de la siesta
los sueños tejidos detrás de un ventanuco
el amor por la vida.
La sangre de los niños riega el mundo
la buena gente mira hacia otro lado
no quieren verlo les molesta
prefieren no pensar en eso
o simplemente niegan
continúan yendo al Mc Donald
tomando Coca Cola
comprando en Zara
igual no va con ellos
eso pasa muy lejos.
Quién piensa en el amor
si nos venden las
guerras
entre banderas
entre sexos
entre colores
quién piensa
en el abrazo
tembloroso
en el hueco en el
alma
cuando el otro se
aleja
En la ansiedad
previa
al encuentro
anhelado
en el paraíso
condensado
en dos copas que
chocan
mientras arden los
leños
Quién piensa en el
amor
cuando existen las
pantallas.
Corrías a ese encuentro
con más miedo que ganas
la primera vez en tantas cosas
todo era a la vez su opuesto
las ganas y el miedo
el gozo y la angustia
la espera y la sorpresa
la timidez y la audacia
la añoranza y el hartazgo
tu pelo brillante y su olor a almendras
el terror a la aureola en la blusa
y sus dedos buscando tesoros
La vida aún estaba por llegar
el futuro era un oasis plateado
y el destino aún
no mostraba los dientes.
Si alguna vez has
temblado de frío
de miedo, de amor
de vergüenza o de
alegría
de furia
Recuerda
el primer beso
perfecto
aquella persona que
iluminó tu vida
todo lo que no has
reclamado
lo que no has agradecido
los días dorados
aquella tormenta esperada
el abrazo que pudo
ser eterno
cómo veías la casa
de tu niñez
la vez que las estrellas
se alinearon
para que fueras
feliz
la primera traición
la sorpresa nefasta
Piensa
en eso que sigues
negando
en los secretos que
te acompañan siempre
en lo que debiste
haber dicho
en lo que te apasionaba
y hoy no existe para
ti
Ahora piensa
en la ínfima
porción de nada
que ocupas en el
mundo.
Sueño con un mundo minúsculo, donde no quepa nada más que la vida cotidiana de unos pocos, compuesto de un solo pueblo, con el parque y la panadería, un sendero para bicis, un lago y algunos patos
Un mundo sin potencias, sin xenófobos, sin sofisticación. Sin niños recogiendo los trozos sanguinolentos de lo que fue su madre
Sin padres
envolviendo pequeños cuerpos en sábanas blancas
Sin hambre ni
tortura,
Pura fantasía
Nubias caricias
sacudidas profundas
labios que exploran la oscuridad
lenguas como ríos de deseo
sexo
urgente y esbelto
siempre esbelto.
Andamos por muchos sitios sin saberlo
por aquellos lugares donde alguien nos piensa
por las esquirlas del dolor ajeno
por los miedos de quienes se preocupan
por las fantasías de los aburridos
por las propias fantasías
Vamos así
hasta perdernos entre ínfimos detalles.
Quizás es una suerte que nunca atravesemos la dimensión del ahora siempre es hoy lo que gotea en la cabeza la mente, dondequiera que e...