Cuando era adolescente teníamos, con mis amigas un
código, cada vez que las cosas no salían como esperábamos y estábamos en un
momento y lugar que no se prestaba a explicaciones, decíamos seis y de esta manera informábamos a las
demás del resultado negativo. En alguna de nosotras el seis llegó a ser una
muletilla que aún estando solas repetíamos cuando no nos gustaba algo. Marcia
era la más sexy de todas, solía ser acosada por la calle mientras andaba con
sus curvas indiscretas, en una ocasión en que un chaval desconocido insistía en caminar a su lado suplicándole
una cita, ella exclamó ¡seis! Él la
miró extrañado y antes de retirarse le soltó, pues chica, sí que cobras
caro.
Translate
2 nov 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
repulsa
Si tuviera que escribir una columna sobre l a actualidad mundial n o sabría por dónde empezar tal vez diciendo que primero e l mun...
-
Hace mucho que no paro por aquí. El tiempo… ese que algunas veces nos lleva de la mano y otras nos empuja o nos aplasta. Hablando de aplas...
-
Buena música siempre y los mejores libros escribir, escribir moverme mientras fluyen las palabras caminatas descalzas y danzas espontá...
-
Tal vez dejamos de escribir una bitácora, cuando las cosas suceden tan rápidamente, que es imposible alcanzarlas como para hacer una mínima ...
Ja,ja,ja muy bueno..Para mis amigas y yo era una palabra para acudir en auxilio...Y si queríamos aprovechar el momento otra..¡¡qué tiempos aquellos!!
ResponderEliminarSaludos
Bueno Pepa, ahora nos has dejado con la curiosidad de la otra palabrita, je je. A ver nos ayudas a descubrirla.
ResponderEliminarGracias por tu visita.
un abrazo
Simpática la anécdota, Mónica.
ResponderEliminarGracias por anotarte como seguidora en mi sitio, ojalá te gusten mis cosas y lleguemos a conocernos.
Saludos desde Chile
Me ha gustado esa complicidad.
ResponderEliminarUn saludo