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2 jul 2013
julio
Es
la hora del jazz, desde el hotel de enfrente llega la voz urbana y sinuosa de
la cantante entrelazada con los acordes de un piano discreto, como si al
pianista le avergonzara intentar suplir el espectáculo que acaba de dar el sol
antes de que el mar lo ingiriera, es la hora de la cena para los latinos y de
la segunda copa para los sajones, la hora en que los ojos me pesan y me digo
que tendría que escribir algo, lo que sea, antes de apagar el ordenador, cuando
un regusto amargo de las cosas que no he contado y van perdiéndose en la
blandura de la memoria, me dice que ya han pasado los días de derrochar el
tiempo. Los lánguidos aplausos enmarcan lo anodino de esas veladas hoteleras, de
pronto suena una bossa nova y todo parece acomodarse, las caras tostadas se
vuelven más expresivas, la gente que anda por el paseo ríe a carcajadas, los
rojos del horizonte se vuelven más intensos a medida que la noche se instala.
Algunos turistas felices se mecen, aún dentro del agua, con la tranquilidad de
quien sabe disfrutar.
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Estamos en Julio y con ello se llenan de Luz, Música y Multitud las calles, mientras el "fresco" de la Noche nos permite pasear con la mirada los trazos de las Estrellas...
ResponderEliminarMuy buen Post.
Abrazos.
Los sentidos a tope, el paisaje, la música, la comida y bebida, el agua meciendo turistas y en medio de todo eso, la introspección, los recuerdos, el tiempo...
ResponderEliminarExtraños animales somos.
Un gato simplemente se hubiera enrrolado hasta quedarse dormido ronroneando.
No es sólo lo que cuenta, sino lo mucho que sugiere. Me has hecho revivir muchas jornadas hoteleras, esas veladas apacibles donde el alcohol se tutea con la música en la sobremesa hasta noctámbulas horas. ¡Precioso relato!
ResponderEliminarBesos
Un relato que atrapa y conduce...
ResponderEliminarMe gustó.
Un abrazo.
HD
Un hermoso relato...y quizas una reflexion...de como debemos pensar en aprovechar y disfrutar nuestro tiempo...Un calido saludo. :)
ResponderEliminar¡Qué calma y qué tranquilidad! Jazz, piano, un paseo marítimo, gente que ríe o se baña... Lo terrible es cuando en vez de eso, se oye un piano electrónico tocando "el pájaro chogüí" a todo volumen y risotadas y gritos de gente desconsiderada con algunos güisquis de más en su haber.
ResponderEliminarMuchos colores pero muy bien armonizados. Un abrazo.
ResponderEliminarY que maravillosos comentarios.
ResponderEliminarGracias!!
con la tranquilidad de quien sabe disfrutar. uffffff placer puro es leerte calmo y con ello detener el reloj de los vencidos.
ResponderEliminarbesos.