El tiempo es increíble para
esta época del año y la isla está más hermosa que nunca. Como la luna llena se hizo con buen tiempo, tal como dicen en
mi pueblo, seguramente el buen tiempo seguirá hasta el próximo plenilunio.
A esa pareja la vengo
mirando hace ya más de un año, pero son más notables fuera de la temporada estival, sus
figuras destacan en la estrecha calle que baja a la playa y en medio del paseo
costero. Buscan siempre el mismo sitio entre las rocas y pasan horas allí, cada
sábado y domingo de las cuatro estaciones. Al principio creí que eran turistas,
hasta llegué a pensar que podían estar de luna de miel, todo el tiempo van de la mano,
rondarán los cuarenta y ocho o cincuenta años. Él lleva siempre la misma
camiseta azul chillón y un bañador naranja, ella un vestido con flores
multicolores, pero al llegar a la piedra se lo quitan todo y quedan
semi desnudos. Son gordos, muy gordos y parecen ajenos a la crisis, a las
tendencias, a las dietas de moda. Están inmersos uno en el otro, se concentran
en el agua que les salpica los pies, se roban todo el sol del invierno,
exprimiendo hasta el último rayo. Y se aman con todas sus redondeces.
Quizá sí son turistas. Están de vacaciones en sí mismos. No necesitan más.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sábados y domingos. ¿Qué harán después?
ResponderEliminarBuen día.
El amor se encuentra antes en las cosas sencillas
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